miércoles, 31 de octubre de 2012

Vendedor de frutas en Maceo desde hace 37 años. Cuando niño sufría ataques que le impidieron realizar trabajos duros, por lo que optó por vender frutas. Una generación de maceítas recuerda que a la salida de la escuela, Gabriel sacaba una mesita, un porta con agua, un cuchiilo bien afilado y una bandejita de mangos que presentaba cortados como una flor, que nos hacían salibar de las ganas y que comprábamos por 50 o 100 pesos. En su toldo ubicado en el Parque Principal ofrece las frutas según el tiempo de cosecha: mangos, zapotes, mandarinas, ahuyamas y cuando no hay que vender las compra en Medellín.

1. MAURICIO RESTREPO GONZÁLEZ; Forjador de metales

MAURICIO RESTREPO GONZÁLEZ; Forjador de metales. Oriundo de la ciudad de Medellín. Las artes de su oficio las aprendió en múltiples cursos con el Sena y otras instituciones. Se enamoró de una maceíta y lleva 28 años ejerciendo su oficio en Maceo. En su taller ubicado en la calle de La Libertad arregla motocicletas y es reconocido su trabajo en la comunidad por sus bellas chambranas, rejas, puertas, ventanas, barandas y escaleras de metal que él mismo diseña y de las cuales se siente orgulloso de verlas todos los días en varias casas del pueblo.

1. RAFAEL ÁNGEL BARRERA PATIÑO. RELOJERO.


Solo tuvo dos años de estudio. Quedó huerfano a los siete años y a los diez y nueve ya había recorrido los municipios de Yolombó, Segovia y Puerto Berrío. Un primo que lo quería mucho y que vivía en Anorí, se lo llevó para que aprendiera a trabajar en su taller de joyería. Cierto día llegó un hombre rico al negocio y le dijo “ahí le dejo ese reloj pa´que me lo arregle” –seguro creyó que también arreglabamos relojes, comentó Rafael. Bajo la mirada anciosa de su primo, empezó a desarmar el aparato…fue corriendo al patio e improvisó un destornillador con un palito y desarmando pieza por pieza hasta encontrar el daño y volver dejarlo en una sola pieza… Fue así como inició su trabajo de relojero y de ahí en adelante se hizo cada vez más habil en su oficio. A mediados del siglo XX se trasladó a Maceo y se hizo maceíta por adopción.

JAVIER HERNÁNDEZ; Ventero ambulante de Parva.


 Con una sonrisa a flor de labios Javier siempre encuentra una frase, un chiste gracioso para alegrar a sus potenciales clientes a su paso. Es conocido por sus frases con una voz ronca y fuerte que se filtra por la hendijas de las casas del pueblo: “!caliente los buñuelos!”  - Pero si están frios Javier - Por eso que caliente los buñuelos. O con una retaila de camellador de calle: “lleve la parva dulce, lleve la parva fresca; pague como pobre y coma como rico.” Con su alegría inigualable, orgullosamente dice que se conserva soltero, porque no hubo mujer que lo atrapara.
Doña Isabel llegó a Maceo hace 30 años con su familia desde la ciudad de Risaralda. Su equipaje era poco, había una neverita que vendieron para comprar una mesa para su negocio. Su primer fogón fue una pequeña hornilla hecha con una lata de aceite a la que le adaptaron un lugar para poner el carbón y la parrilla. Doña Isabel cuenta que en esa época empezaron vendiendo chucitos y empanadas. Después de tantos años de trabajo su negocio progresó y le permitió a ella y su esposo Don Marcos conseguir una mesa más grande, un carrito para los asados, surtido de gaseosas y el plante para un negocio en el Parque Principal. Su lugar de trabajo se convirtió,con el paso de los años, en lugar de encuentro no solo para comer a altas horas de la noche, sino también para hablar con ella… porque tiene el don de escuhar a la gente. Nos encontramos....donde Doña Isa.

domingo, 28 de octubre de 2012

Sobre cómo llego la "LUZ" a Maceo

http://catedramunicipal-maceo.blogspot.com/

Para la gran mayoría de nosotros, tener energía eléctrica en casa es tan normal, que no nos molestamos ni siquiera en imaginar, cómo serían aquellos tiempos donde ese servicio apenas si se instalaba por pocas horas en calles y viviendas.

Escrito por el Historiador Maceìta Mauricio Sierra Henao.


Don Alfonso Hincapié, tomó la escalera y subió lentamente, paso a paso... la gente del pueblo esperaba expectante y le decían: !Hombre Alfonso¡ Te va a matar esa luz. Su esposa lloraba y le reiteraba: !Mijo¡ cuidao que lo va a matar esa luz.

Sin embargo Alfonso siguió su ascenso hasta lo alto del poste. Tomó el interruptor  y cerró el circuito eléctrico, luego se escuchó un chispazo en instantáneamente salió un rayo de luz amarillo intenso de las lamparas iluminando las calles empedradas, mientras un grito de algarabía reflejaba la alegría de los maceítas que miraban asombrados esa luz tan hermosa que traía consigo en anhelado progreso, del que se tenía noticia a través de las historias escuchadas en los escasos radios de pilas y los comentarios de paisanos que habían visitado la ciudad.

Don Alfonso nos cuenta como fue ese maravilloso momento:

"Yo subí eso y ¡Pluuuuuuuum¡ y llegó la luz.
¡Eso fue mucha la alegría de esa gente¡... Yo me bajé de la escalera, pero hay mismo de tiraron para arriba y me decían:   - ¡Hombre Hincapié¡, hombre que luz tan bonita.-  Y la gente gritaba:  -¿Me va a vender luz a mí? ¿Me va a vender luz a mí?

Luego de este evento Alfonso Hincapié, volvío a desconectar, bajó de la escalera y con la ayuda de la vara volvió a cerrar el circuito y la gente entró en jolgorio nuevamente. Alfonso fue aclamado por la gente y le llenaron los bolsillos con billetes; Ese mismo día se armó una fiesta en el pueblo, la gente recorría la Carrera Bolívar de arriba a a bajo para ver el hermoso iluminado público.

Este acontecimiento inició un cambió para lo maceítas, las calles iluminadas fue despojando el lugar de espantos y los bultos que se escondían en las calles oscuras, dejó atrás poco a poco a los merenderos que se ganaban la vida de cantina en cantina y el hogar se pobló de electrodomésticos. Cambios fueron vistos por don Alfonso Hincapié que se convirtió en el electricista de todos los maceítas durante medio siglo y al que hoy le rendimos este humilde homenaje.

Nota: Los acontecimientos aquí narrados a modo de crónica ocurrieron en el mes de diciembre de 1962. y fue inspirada en una entrevista concedida pro don Alfonso Hincapié, que en paz descanse, el 19 de octubre de 2009.


El Animero.


DON RODRIGO AGUDELO, EL ANIMERO

Un hombre que dada su devoción a las benditas ánimas del purgatorio, prometió que cada noche de noviembre, mes de las ánimas, las sacaría del cementerio para hacer un recorrido por las calles desoladas  y habitadas solo por la oscuridad. A su paso, iba sonando una campana, los pueblereños debían, detrás de sus puertas, arrodillarse y rezar un padrenuestro a favor de las ánimas para su eterno descanso.

Video con Abelito.

Momentos


















Abelito.



FRANCISCO JAVIER GONZÁLEZ CUARTAS, “ABELITO”.

Son cerca de las 10 y 20 de la mañana, de un domingo y como todos los domingos desde hace ya más de 40 años, Abelito espera con paciencia la hora de hacer el toque de campanas. Nada lo impacienta, solo espera y espera. Es su oficio más importante junto con el de desempeñar el papel de Cirineo y Apóstol en Semana Santa. No conoce el reloj pero es muy preciso en su tarea de llamar a misa.
Gentil y querido por todos. Madrugador como ninguno. Amante de la música vieja. Hasta hace poco se le veía todas las tarde, a eso de las 4 pm, salir con su radio y un termado de café rumbo al Pino, en su caminata diaria. “Llevo mi café para no molestar a nadie”
Alguna vez, un párroco que no conocía la historia de Abelito, le quitó la tocada de las campanas, pero tuvo que reintegrarlo a su oficio porque Abelito se enfermó.